¿Qué sentido tiene la vida?... ¿Yo qué pinto en este mundo?...
¿Tengo una misión encomendada?... ¿Qué hay después de la muerte?...
¿Qué quiere Dios de mí?... ¿Podré ser feliz con el plan que Dios tiene
para mi vida?...
¿Porqué mis padres no me entienden?...
Estas y otras muchas preguntas se presentan como un torbellino en el
corazón y en la mente de los adolescentes y jóvenes. Quizás ya se han
leído en un libro, o fueron escuchadas por boca de otros; pero una vez
que se presentan en el propio corazón, se convierten en una pieza clave,
en una prioridad que debe ser resuelta. De esas respuestas depende el
rumbo que tome la vida hasta la muerte.
La vida es una y sólo se vive una vez. Por eso es necesario tener
objetivos, una meta, un ideal, por el cual poder dar la vida, luchar, caer,
levantarse, entregarse. Eso es lo que hace plena una vida: gastarla por
algo bueno.
Dios al crear cada alma le encomienda una misión, una misión que a la
vez hará plena y feliz a la misma. Es ahí cuando cada quien, en lo más
profundo de su corazón, debe responder a esas preguntas hasta
encontrar por qué y para qué está en este mundo. Después dejando
toda pereza y temor, lanzarse a cumplir dicha misión y alcanzar ese
ideal que llena tu vida de sentido y al que quieres llegar.
Es triste ver a tantas almas que pierden su vida en placeres, vanidades
o cosas pequeñas, no necesariamente malas, pero sí superficiales y
pasajeras, que no les dan la felicidad e incluso los dejarán más vacíos
y sedientos de plenitud que al inicio. El hombre está hecho para más.
No para conformarse con una vida y una entrega mediocre. No para
perder su alma en el pecado. No para vivir una existencia sin metas ni
sentido. No para pasar por el mundo sin dejar una huella de bondad y
alegría. El hombre está hecho para más. Para lanzarse desde sus
primeros años a grandes retos e ideales, para volar alto, para alcanzar
su felicidad con la ayuda de Dios.
El hombre está hecho para más, para luchar, caer y levantarse, para
hacer felices a los demás con una sonrisa, para ser libre pero
responsable de sus actos, para respetar la vida de los demás.
El hombre está hecho para dejar huella. Este esfuerzo no es fácil, es
más, habrán dificultades, pero vale la pena descubrir ese ideal y
darlo todo por alcanzarlo, vale la pena descubrir todas tus
capacidades y todo el aguante que tienes.
La vida es una y sólo se vive una vez...Vívela disfrutando tu etapa
de adolescencias siendo feliz, porque ya nunca más volverás a
vivir esta linda etapa.
Y no mires a tus padres como enemigos porque te quieren proteger
por el gran amor que te tienen...Todo lo que hacen tus padres por ti y
para ti, es para que cada paso que des en la vida sea seguro y no
corras riesgos innecesarios y logres tus metas sin equivocar el
camino en lo negativo...
Cada persona ha de ir dejando una huella de su esencia de su sentir
del amor que llevan dentro en cada etapa que vayan pasando...
E l pasar por la vida deja una huella positiva de ti, para quienes
vienen detrás de ti...Y mientras tanto sigue viviendo, sigue amando
sigue disfrutando de lo hermosa que es la vida...
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