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lunes, 4 de abril de 2011

APRENDIENDO A EDUCAR Y A SER FELIZ, SIENDO MADRE SOLTERA.





Las madres solteras se enfrentan al reto de su vida ¿por qué? ¿Cómo educar a un hijo si no tiene padre?
Es importante como figura de autoridad. El niño, al observar que su mamá se separa de él para atender al papá, va entendiendo que no siempre tendrá la madre al lado, pero ¿y si no hay padre?
El hijo se apegará mucho, crecerá inseguro e incluso pensará que la madre es de su propiedad. Puede actuar como si fuera el esposo celoso. Puede volverse malcriado y rebelde.
Si dentro de la casa existe el abuelo, o un hermano mayor, el bebé puede comprender la diferencia.


Pero ¿Y si no hay hombre? Aquí es donde entra una investigación apasionante del orfanatorio de Loczy.
Se encuentra en Hungría. En su momento, albergó a los huérfanos de la Segunda Guerra Mundial. Estudios posteriores, revelaron que estos niños cuando se convirtieron en adultos, fueron sanos y ninguno cayó en las drogas o tuvo desórdenes mentales ¿Cómo fue esto posible?
Estos son algunos rasgos de cómo fueron educados estos niños:
1) Estructura en sus horarios de actividades.


El bebé tenía asignadas sus horas de comida, dormir y juego. Siempre eran las mismas. Al seguir una rutina, el niño se sentía seguro.
2) El bebé recibía toda la atención de la enfermera.
Imagínate la escena de la enfermera cambiándole el pañal al bebé. Esta, mientras le cambia el pañal, todo el tiempo le esta hablando con cariño y mirándolo a los ojos. La enfermera nunca es indiferente o hace las cosas de forma apresurada. Le presta profunda atención al bebé. Eso hace, que se sienta seguro.
Esto contrasta con la vida de hoy, en la que la madre casi no tiene contacto físico con su bebé y cuando está con él, hace las cosas apresuradas o de mala gana.
3) Los dejan jugar solos.
Los bebés, una vez que comen, se les deja jugar solos. Esto es fundamental. Les transmiten el mensaje “Confío en ti, puedes jugar solo y crear”. Según investigaciones, los niños tienen una gran capacidad para desarrollar sus habilidades y no necesitan intervención adulta.


Aprenden a jugar y ser creativos. Los hace independientes y seguros de sí mismos.
Si el adulto se la pasa jugando con ellos y les impone reglas, les está lanzando el mensaje de que no tienen capacidad para enfrentarse a la vida y crecen inseguros.
Se que esto choca con la cultura latina, la imagen del padre jugando con el hijo. Pero dejarlos solos hace que se desarrollen más rápido y da excelentes resultados en Loczy.
4) Asignación de tareas.


Cosas tan simples, como asignarles que recojan los platos, limpien un mueble. Cualquier cosa pequeña. Esto, les da sentido de importancia y seguridad. Contrasta con la actitud de una madre soltera “A mi hijo no le faltará nada como a mí” y les hacen todo.
Ser madre soltera es un reto y espero que la experiencia de Loczy te de nuevas ideas para educar a un hijo vigoroso, independiente y seguro de sí mismo.


Colaboración de Edgar Martínez
México

Oseas 12:6

"Ten fe...¡Todo va a salir bien! Confía siempre en Dios".
Salmos 27:14

"Pon tu esperanza en el Señor;

ten valor, cobra ánimo;¡pon tu esperanza en el Señor!".



Este tema es muy delicado amigas, y vamos a tratarlo con toda la delicadeza posible, a petición de las interesadas.
En todas las sociedades del mundo y a través de todas las épocas, siempre ha sido duramente criticado y mal visto, que una chica salga embarazada por accidente o voluntariamente siendo “soltera” viva sola o bajo el mismo techo de sus padres.


Este último factor, acarrea una serie de conflictos de toda especie, y responsabilidades en las que se involucra primordialmente a la familia y más directamente a los abuelos maternos.
Esta es una historia, como la de muchas mujeres; de ésas mujeres que confian plenamente en el hombre que confunden con “el amor de su vida”. La protagonista (obviamos su nombre por respeto), es “La madre soltera”.
Al conocerlo experimentó el típico flechazo, le impresionó su personalidad y la seguridad que él demostraba en su trabajo (ambos trabajan en la misma oficina).


Un día, se dió cuenta que había química entre ellos y empezó una relación un poco extraña, que ella calificó como “demasiado sincera y sin medias tintas”.

Pero a pesar de todo, ella se daba cuenta de que él no la quería con la misma intensidad, pero pensó que podía despertar en él, la misma pasión y amor que a ella la consumía.
Obvio, sucedió lo que pasa en las parejas que van a mil por hora, sin pensar siquiera en las consecuencias, pensando sólo en el inicio de una hermosa relación íntima, ella supuso que estarían más unidos, pero cuando se enteró que sería madre, más que miedo, experimentó algo muy hermoso. Pensó que sería el motivo para estar juntos por siempre… (apoyarse, quererse y esas cosas), sabía que se venían momentos difíciles, porque no estaba preparada, pero sentía que podía salir adelante.
Sin embargo, su sueño se convirtió en pesadilla…

En el mismo momento que le comentó a su pareja, sobre su estado de “embarazo”, y saber que no tendría su apoyo, (aunque lo dijo, pero no lo cumplió), muy tarde comprendió que no la amaba lo suficiente como para enfrentar esa enorme responsabilidad…
¡Todo fue mentira!
Sus argumentos fueron salpicados de mentiras… pensó que significaba algo para él… y no sólo ella, sino ése ser que venía al mundo.


Todo ésto la hizo verlo tal cual era, cómo realmente él era y darse cuenta que fué “otra más a la que él le hizo el favor”, sólo que esta vez… dejó un regalo muy especial: UN HIJO.
La decepción que le embargó por el rechazo del padre de su hijo, se le sumó tambien el dolor y el miedo. Sabía que como “madre soltera” se le cerrarían muchas puertas y hasta llegó a considerar a ese hijo que latía en sus entrañas, como un obstáculo para alcanzar cualquier meta que se propusiera en adelante.

Como era de esperarse, la noticia en su casa provocó una profunda crisis en la que hubo lágrimas y recriminaciones. Fueron los días más horribles y tristes de su vida.
No tuvo más remedio que callar, bajar su cabeza y pedir perdón a sus padres una y otra vez y muchas veces más, sintiendo el temor de quedarse desamparada. Pero al cabo de algunos meses sus padres decidieron apoyarla y conforme transcurrió el tiempo se descubrió amando cada día más a ese pedacito hermoso que se movía en su vientre, y que sin nacer todavía, ya llenaba su vida de nuevos bríos y nuevas ilusiones.

Entendió que si una puerta se cierra, otras se abrirían, con las que aprendería a poner a prueba sus propias capacidades. Descubrió de pronto dentro de si, a una mujer más fuerte de lo que ella misma suponía. Y el día que nació su hijita, lo único que sentía por aquel hombre, era lástima infinita, porque por cobarde, se había privado de esa dicha tan grande.

Ha pasado casi tres años desde que nació su bebita, y verla sana, hermosa y que Dios le permita tenerla a su lado, es la mejor recompensa al sufrimiento.
Ella trabaja muy duro para poderle dar todo a su hija y prepararse para un futuro en el que pueda educarla lo mejor posible y darle más de lo que ella tuvo.
Con ternura dice que va a inculcarle a esa hermosa niña, los valores morales que hagan de ella una mujer íntegra y honesta, y nadie mejor que ella sabe que debe predicar con el ejemplo, tendrá que enfrentar numerosos retos, pero estoy segura que va a superarlos airosamente.
Tuvo que ser a ésas alturas de su vida, en que comprobó en carne propia que, ser “madre soltera” nunca debe ser un obstáculo para superarse, que se debe seguir caminando por la vida con la frente muy en alto.

Es una inmensa alegría. saber que ella está convirtiendo su “pecado”, en su mayor aliciente para ser mejor como ser humano, y siempre darse a respetar y jamás volver a aceptar a uno de esos hombres que no desperdician la oportunidad para hacer leña de un árbol caído.
Ella está aprendiendo que no debe confiar sus sentimientos sólo a palabras que son como promesas inciertas, sino en hechos reales.
Muy dentro de su corazón ella sabe que vale mucho y que puede alcanzar las metas que se proponga y no “a pesar de su hija”, sino“al lado de su hija”.

El apoyo de un hombre no es tan necesario cuando una misma sabe darse su lugar, y cuando se acepta con toda la madurez posible, que un hijo debe considerarse una bendición y jamás un estorbo, aunque éste llegue en condiciones adversas.
Quizá algún día, esta “madre soltera” de nuestra historia, encuentre el verdadero amor, pero mientras vaya caminando por la vida sólo para su hija, ella se dará cuenta que Dios le ha dado la oportunidad de sentir el amor que existe entre una madre y un hijo, se dará cuenta que el verdadero amor ya lo tiene a su lado, y que son unos ojitos grandes, una piel suavecita, una hermosa sonrisa, unos grititos llenos de salivita cerca de su oído, ¡Un pedacito de su ser y de su corazón!.

Su bebita tiene casi tres añitos y ella dice que es lo mejor que pudo haberle pasado, se siente orgullosa de su muñeca. Es obvio que ella, no es la primera ni la última “madre soltera”, en éste mundo, pero sí:
¡La que tiene todo para ser felíz!.
Y ustedes mis queridas amigas… ¿Qué hubieran hecho en su lugar?Referencia de:


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