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lunes, 20 de junio de 2011

Mi gran lección, Historia vivída por Valentina Macias.

  
Mi gran lección.
Bueno quiero compartir mi historia, ya que me ha dejado una lección de vida, pero el costo fue muy grande, perder a la persona que más he amado en mi vida por dejar que me cegara y me ganara mi orgullo.   Yo vivía con mi papá y con mi abue; de por sí tenía varias peleas con mi abue por el aseo ya que le encantaba tener todo limpio y ordenado (nuestra diferencia de edad era de casi 60 años y cumplía el rol de mamá y abuela) Bueno aquí comienza mi tragedia: 
Cada nueva esperanza que sentimos nos hace ver de manera distinta el pasado.
Con mi abue viajamos al campo a finales del mes de noviembre del año pasado. Estuvimos casi un mes juntas con mis tíos; fueron días realmente fabulosos, estábamos más unidas que nunca, disfrutando al máximo, regaloneando. 
                              Si te enfadas, piensa en las consecuencias.
Después llegó la hora de volver a casa y todo seguía my bien, pasamos una navidad y año nuevo muy buenos; y un día de febrero tuvimos una pelea bastante grande aunque muy estúpida pero no terminó bien, ambas tenemos caracteres muy fuertes y por ende ninguna dio el brazo a torcer, después de esa pelea y no volvimos a hablar, ese día me fui a quedar a la casa de mi tía Lele. 
La cortesía que debe presidir nuestras actuaciones cotidianas se fundamenta principalmente en el respeto y comprensión hacia todos


Pero al volver ese mismo día ella se fue a la casa de mi tía y perdimos completo contacto, aunque  yo hablaba con mi tía y de vez en cuando preguntaba por ella pero  tampoco era mi preocupación.
          Conocer lo que es justo y no practicarlo es una cobardía.
En el transcurso del tiempo tuve oportunidades de verla pero no nos saludábamos y menos íbamos a hablarnos e incluso me era desagradable tener que oírla porque no podía creer ni entender que pensara que yo tenía malas intenciones hacia ella y tampoco entendía como habíamos pasado de amarnos a prácticamente odiarnos. 
                        Aquél que tiene fe no está nunca solo.
Bueno un día “x” recibí un llamado de mi tía que me decía que estaban en el hospital porque mi abue tenía un fuerte dolor en el pecho y no estaba bien así que obviamente me preocupé y fui al hospital a ver qué pasaba; al final no había sido nada tan importante y justo nos vimos cuando salió y le dije “hola” por educación y porque la vi muy pollito y no recibí respuesta  y me hiso sentir mal porque yo en ese momento había tenido que hacer un “gran esfuerzo por saludarla” y ni me prestó atención; después hablando con mi tía y mi papá me dijeron que tenía que estar en reposo y hacerse varios chequeos médicos, por lo mismo tenía que volver a la casa, cosa que no me pareció para nada agradable porque sabía que iba a ser muy incomodo estar con ella porque prácticamente estábamos casi todo el día las dos solas y el ambiente entre nosotras no era nada agradable. En eso ella tuvo que estar casi 2 semanas en la casa y por obviamente  en ese tiempo no hablamos ningún día, hasta estuvimos  espalda con espalda y no hubo ninguna interacción. Después de ese tiempo volvió a irse a la casa de mi tía pasó mucho tiempo más, cuando hablaba con mi tía me contaba que la abue estaba peor de un ojito y que había que esperar a que le bajara la presión del ojo para poder operarla, pero ella no había estado alimentando bien así que era imposible que mejorara ya que tenia las defensas muy bajas, hasta el momento esa era la preocupación más importante. 
                                      La fe comienza donde termina el orgullo.
HASTA que llega el domingo 3 de Abril. Ese día yo no me sentía bien y estaba peleada con mi papá, como a las 5 de la tarde sonó el teléfono y contestó mi papá y casi no escuché nada sólo algo de unos pañales así que mi papá al colgar  se fue a bañar rápido y salió, pero como estábamos enojados no me dijo nada; cerca de las 9 de la noche comienzan a tocar el timbre como lo suele tocar mi papá y no le fui a abrir la puerta porque sabía que el andaba con llaves y pensé que lo estaba haciendo para molestarme, hasta que me hablan por la ventana y era mi tía; Fui a abrir y me cuenta que mi abue estaba realmente mal que había estado en la mañana muy bien pero que en la tarde había comenzado con tiritones en sus manitos y ya no controlaba su esfínter por eso eran los pañales y que mi papá se había venido del SAPU al hospital en la ambulancia con ella.       
   La fe se refiere a cosas que no se ven, y la esperanza, a cosas que no están al alcance de la mano.
                                                                                   Yo obviamente quedé muy mal así que me fui a abrigar y nos fuimos inmediatamente al hospital, cuando llegamos sólo sabíamos que estaban dentro y que estaban atendiéndola; Como a las 11 sale mi papá y le pedí que por favor me dejara entrar para verla y el accedió, pedimos permiso y me dejaron pasar, mi papá iba al frente y justo pasamos a una parte donde habían 3 camillas más y en la del medio estaba al medio, yo al instante la vi y me día cuenta que ya no era mi abue, la que hace mucho tiempo atrás me había estado regaloneando, ella estaba con la mirada perdida, no aguante ni 1 segundo y comencé a llorar, no lo podía creer y le pregunté a mi papá “¿Ya no está, verdad?” y veo que también comienza a llorar; en eso un caballero se me acerca y me dice “no llores le tienes que dar ánimo” en ese segundo salí prácticamente corriendo de ahí y me fui a caminar y a escuchar música. 


Le pedía a Dios que por favor no la hiciera sufrir pero también ya me había dado cuenta que ya no estaba con nosotros. Bueno en eso volví donde estaba mi tía y pasó harto tiempo y salió mi papá diciendo que la iban a llevar a un hospital especializado en neurología y que la iban a llevar en ambulancia, así que nosotros fuimos siguiendo la ambulancia y al final de cuentas no tenía nada en su cerebro así que tuvimos que volver a hospital; En eso nos  dieron cerca de las 2 de la mañana y ya le habían dicho a mi papá que teníamos que ir a las 12 de la tarde, porque ese era el horario de visitas, esa noche no dormí nada pensando en cómo había dejado pasar tanto tiempo sin hablar con ella y cómo había podido tener tanto rencor.  A las 12 estábamos allá esperando a poder pasar, primero pasó mi papá  y me dejaron pasar porque mi papá tenía algo que decirle a mi tía y obviamente en ese momento no me querían decir; Cuando voy entrando tenía en mi mente sólo una frase “no llores”, de repente llego a la sala donde estaba y la veo de inmediato y también me percate que habían más personas en la misma sala pero estaban bien; 


Bueno la veo y estaba con sus ojito parchados y conectada al respirador, agarré su manito  pero no respondía a nada, lo único que hice fue acercarme a  acariciara y decirle que por favor me perdonara que había sido una estúpida , que a amaba con todo mi corazón y que era la persona ,más importante para mí, luego la besé y salí. 


Después pasó mi tía y mi papá me consoló porque estaba muy mal y me contó que le habían puesto un medicamento y que si en unas 12 horas no reaccionaba ya no había ninguna posibilidad de que se estabilizara, en ese momento le dije “la abue ya está muerta y no la están dejando que se vaya”. Se acabó el horario de visitas y llegó la noche, y  fui al hospital a ver si me dejaban pasar a verla y no me dejaron; así que llego la noche y no podía dormir y tampoco dejaba de llorar. En la madrugada del día martes 5 de abril a las 4:27 recibimos un llamado diciendo que la abue estaba mal y que había que ir, nos bañamos, esperamos a mi tía y nos fuimos al hospital y pasa mi papá a ver qué pasaba , se demoró unos 30 minutos y al salir nos dice que la abue había fallecido a las 4:15 y que había que irla a buscar a las 8:30 para vestirla y hacer los papeleos; Ya era cerca de las  5:30 y fuimos a ver el tema de la funeraria. En resumen acompañé a vestirla y me despedí de ella, se veló en la casa y el día 6 de abril (día del cumpleaños de mi Tía), fue su funeral.   


Yo estaba muy mal, me sentía muy culpable de su muerte porque me habían dicho que estaba mal y yo no había hecho nada (al contrario cuando le habían detectado cáncer). El día Viernes 8 decidí quitarme la vida y mi fin era poder estar con ella y pedirle perdón; la verdad no me acuerdo de nada de ese día, sé que tomé muchas pastillas y eso me dejó inconsciente, aparte hice otras cosas más. Al fin de cuentas tuve que estar 5 días hospitalizada en la UTI consiente pero inconsciente (tampoco me acuerdo de nada) y luego 8 días en un centro siquiátrico infanto-juvenil, pero me habían dado un mes para estar en ese lugar pero gracias a Dios pude mejorarme antes. Bueno como decía al principio esto es algo muy personal  hasta ahora muy doloroso, pero necesito contar mi experiencia para ayudar y que sirva de reflexión, hay que vivir el día como si fuera el último, amar de la misma manera, que una pelea  no te separe de quienes amas y que tu orgullo no esté por sobre el amor a esa persona. 
Gracias por darte el tiempo de leerlo y de corazón pido que no cometas el mismo error que yo.                                                                                                                                                                                                                                                          
Valentina Macías.


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